A lo largo del tiempo el hombre ha empleado la tecnología existente para dar a conocer lo que consideramos obra de arte.
Si nos centramos en la pintura tenemos los primitivos ejemplos de la pintura en las cuevas, y siglos depués la pintura mural con técnicas de fresco o temple.
Aunque empleada por los romanos, la madera no se generalizo como soporte de pintura hasta la edad media y el renacimiento. Durante la edad media se empleó la pintura mural para representar toda la iconografía de la religión cristiana. Y de ahí se pasó al temple y al óleo, con soportes orgánicos empleando maderas de nogal, pino, haya, castaño…, y posteriormente telas de lino o cáñamo, seda, raso…
Lo que habitualmente se conoce como restauración de pintura es lo que llamamos restauración de óleo sobre lienzo, pintura mural o restauración de pintura sobre tabla, porque es lo más ha llegado a nuestros días. De manera particular, a los restauradores nos consultan sobre pintura de caballete: óleos sobre tela o tabla, de medidas manejables para poder ser trasladadas sin grandes recursos. Y por otro lado los restauradores trabajamos sobre grandes superficies en lo que se conoce como restauración de pintura mural para iglesias e instituciones.
El papel es otro de los protagonistas como soporte junto con el pergamino y el cuero, y se les conoce más por el nombre de documento gráfico.
Pero en la conservación y restauración de obras de arte hay otros de soportes que considerar como el metal, la porcelana, hueso, marfil, o cristal. En pleno siglo XXI debemos considerar soporte a cualquier medio físico, tangible o al menos que podemos tocar con los dedos. No debemos extrañarnos a encontrar soportes como el plástico, composites de madera, piedra o sintéticos y puestos a ser creativos, el mismo cuerpo humano como soporte de pintura.
Cada soporte presenta sus pecularidades, sus problemas intrínsecos y sus soluciones personalizadas. La restauración de cualquier objeto considerado como obra de arte, o simplemente objeto a conservar, necesita de un estudio mínimo de su naturaleza, su historia, el soporte, sus capas o estratos, el medio… Toda una serie de parámetros que hacen de cualquier restauración de objeto artístico, una aventura a menudo apasionante.
Restauración de pintura en madrid
En España, mayoritariamente estamos acostumbrados a que el mayor procentaje de trabajo se centre en la restauración de pintura. Tenemos mucho patrimonio en ese campo, pero cada vez más se va valorando otros objetos artísticos como documentos gráfico, fotografía, abanicos, relojes, objetos decorativos, recuerdos, etc, que el paso del tiempo hace necesario una actualización sobre los mismos.
Si necesita cualquier valoración, en Madrid, Málaga o Barcelona, pongase en contacto con nosotros para poder comentar las patologias de la obra y estudiar el mejor caminio para devolverle su esplendor.
Mi agradecimiento muy grande por los conceptos y conocimientos vertidos acerca de la restauración de arte, el conocimiento no tiene precio.