Restauración de un cuadro del pintor José Cruz Herrera, con golpes y rasguños repartidos por todo el lienzo.

El estado de conservación no es malo, pero al haber estado almacenado en un trastero durante una temporada, ha sufrido pequeños golpes y rozados que desvirtuan la lectura de la obra. Muestra una dedicatoria en el extremo inferior izquierdo con la leyenda: «Dedicado al prodigioso odontólogo y buen amigo L.G.Olalla»

La intervención comienza desclavando el cuadro del bastidor para separar la tela y acceder comodamente al reverso. Se prepararon unas tiras de tela delino de tipo velazquez para acompañar a la tela original y dar más firmeza en el gunos extremos, y rellenar y poder tirar de ella en otras zonas como las esquinas que faltaba la misma. Es muy normal que telas de principio de siglo se vuelvan quebradizas y se rajen en los cantos de los extremos del bastidor. Es necesario añadir un soporte  para que podamos clavar al bastidor y tensar la misma, para tener un tiro uniforme.

Una vez  que los parches estan correctamente colocados en los extremos,  clavada y tensa la tela, correjomos de esta manera los abolsados que mostraba.

A continuación procedemos a aplanar los golpes con una mezcla de humedad, presion y calor para colocar en el reverso de estas zonas unos parches con fibra de vidrio que acompañan a la tela en firmeza y resistencia mecánica similar a la tela original.

Las lagunas se rellenaron con un aparejo a base de yeso, cola animal y fungicida y posteriormente rasadas.

La reintegración cromática se llevó a cabo con acuarelas como base y pigmentos al barniz de la casa Maimeri.

Por último se barnizó oda la obra con barniz satinado de la casa Lefranc & Bourgeois.