Uno de los procesos más interesantes y espectaculares a la hora de restaurar un lienzo es la eliminación y corrección de grietas, arrugas, abolsados y levantamientos en un cuadro clásico. En este caso tenemos una pintura de S. XIX de 80 x 89 cm representando al Arcángel Rafael llevando de la mano a Tobías en el momento de cruzar el río. Este lienzo es una copia del cuadro de Esteban Murillo  Altar del Ángel de la Guarda. Esta obra fue pintada originariamente para el Convento de los Capuchinos de Sevilla hacia 1665, y regalada a la Catedral de la misma ciudad en 1814. Existe asimismo una copia en la Real Colegiata de Santa María la Mayor, Antequera, Málaga.

La tela de lino no tiene alteraciones químicas ni biológicas, pero muestra gran cantidad de grietas y bolsas con raspones, agujeros y golpes de todo tipo.
El bastidor es fijo y no tiene rebaje o bisel en sus extremos de manera que la tela se ha quedado marcada mostrando un cerco en la zona de transición del bastidor-tela.
Debido a los daños de la pintura y al espesor de la tela, este cuadro necesitaba un reentelado o forración para dar más cuerpo al soporte y corregir de paso todas las grietas.
Debemos proteger en un proceso muy parecido al sentado de color, pero sin intentar corregir las imperfecciones de la tela, ya que de eso se encargará perfectamente la forración.
Se empleó tela de lino de tipo Velázquez similar en trama a la original y no se hizo necesario colocar parches.

Proceso de restauración de grietas para Tobías y el ángel

En el proceso de reentelado es necesario prestar mucha atención a la evolución de la obra. Por si sólo el adhesivo empleado regenera la preparación ya que la base de la gacha tiene humedad. y ayuda a corregir las grietas y aplanar la tela en general. Es un proceso lento y largo, pero los resultados siempre acompañan. En las fotografías se puede apreciar ese cambio del antes y después de una intervención correcta o restauración satisfactoria.
Este proceso aunque es una intervención, tiene más de conservación que de restauración. A continuación se procedió a una limpieza de polvo e incrustaciones de la capa de barniz oxidado y de la suciedad acumulada.
La presencia de lagunas repartidas por toda la obra impiden la correcta lectura de la obra, llamando la atención del espectador. Es necesario un «arreglo» de todas las grietas mencionadas. anteriormente. Esto lo conseguimos con aparejo o yeso mezclado con otros ingredientes que dan una textura similar a la original.

El proceso continúa rasando y nivelando las lagunas para dejarlas en óptimas condiciones para la reintegración a color con materiales estables y reversibles habituales en los procesos de restauración de obras de arte.  Y por último el barniz de tipo satinado para no causar brillos excesivos.