En esta ocasión hablamos de la restauración de un óleo sobre tabla con retrato de niño. Es una obra contemporánea, con un espesor de pinceladas muy fino, a base de capas a modo de veladuras donde los estratos inferiores trepan y suben hasta mezclarse ópticamente con las superiores.
Estado de conservación
El estado del soporte era bueno, pero anduvo muchos años aparcado en una esquina en el estudio del pintor.
Como con tantas otras cosas, aunque valoremos estas obras, el descuido y la ignorancia atacan el estado de conservación, y cuanto más tiempo dejemos pasar sin corregirlo, más trabajo costará luego.
A lo largo de los años, el barniz había amarilleado, y tuvo que soportar estoicamente manchas de pintura en la zona inferior y humedad. Esto último le ha provocado moho en la zona cercana al ojo llegando a afectar a estratos base de la pintura. El moho además del daño químico y biológico, ha pasmado y separado la capa de barniz de las veladuras de pintura, y alterado la capa pictórica.
Intervención: limpieza de suciedad y barniz
El tratamiento de restauración y prevención de daños futuros conlleva retirar en lo posible la última o últimas capas de barniz, limpieza de manchas y eliminar los daños biológicos intentando no afectar a la obra original.
Se procedió primero a una limpieza en seco de polvo acumulado y detritus.
A continuación se trató de minimizar los daños en el área del ojo derecho. Sin llegar a eliminar toda la zona pasmada sino una limpieza ligera y sin disolventes, a la espera de entonar el conjunto una vez se limpiase el resto de la obra.
Hasta que no retiremos barnices oxidados y manchas, dejando en lo posible una pátina o mínima capa protectora del conjunto, no podemos avanzar en la zona de mohos. De hecho, primero se debe limpiar en general el cuadro, para luego profundizar en los daños locales. En este caso únicamente hemos aligerado un poco los pasmados.
Limpiando otro tipo de alteraciones
Las manchas negras inferiores procedían de tinta de serigrafía o similares. su eliminación por medios físicos quedaba descartada, de manera que dado el medio en el que se basan y que se encontraban encima de la capa superficial, se pudo emplear métodos físico-químicos para retirarlos. se realizó una media limpieza del estrato superficial para eliminar completamente las manchas, y a continuación se retiró la capa de barniz.
En las fotografías se pueden apreciar las catas y el proceso de limpieza.
Este efecto de marcar las áreas de limpieza ayuda mucho a verlo a posteriori, pero hay que tener mucho cuidado no vayan a quedar marcas de contraste por la misma.
Con mucho cuidado fuimos limpiando el resto de la obra con mucha atención en la zona de pasmados. El tener la capa de barniz original dañada no protege a la capa pictórica de agresiones con los disolventes. Como en tantas obras restauradas, no hay disolventes adecuados que afecten a los estratos superficiales (barnices), y no a las capas de pintura. en estos momentos los restauradores nos armamos de paciencia y vamos a una velocidad de caracol. Unidad de superficie dividido por tiempo empleado = «esto no me sale rentable y trabajo por amor al arte». Pero cada uno se dedica a lo que se dedica.
Una vez uniformemente limpio, debemos alejarnos y acercarnos al cuadro, mirarlo al derecho y al revés, y como un pintor y su obra (salvando las distancias), valorar si hay zonas que todavía haya que descargar de suciedad y barnices oxidados, igualando las zonas más deterioradas con el resto.
Una limpieza correcta no es dejar el cuadro como un sello de correos, plano, hiperlimpio y sin gracia. Las pátinas llegan a ser parte del cuadro, es su valor añadido, y garantía de que la restauración no ha llegado a estratos sensibles. Debemos recordar que cualquier obra de arte fácilmente nos va a superar en longevidad, y nuestro trabajo se verá, apreciará o criticará muchos años después.
Reintegración a rigatino.
Por último, mencionar que hubo que reintegrar color puntualmente en la zona de mohos. En esta obra también eso es un poco problemático. En realidad, la pintura no está ejecutada con óleo de tubo tradicional, sino con pigmentos molidos mezclados con resinas naturales. Esta es la razón de andar con mucha delicadeza en esta obra. Cualquier disolvente que mueva y ablande los barnices, afectará a las capas pictóricas.
A la hora de la limpieza de esta obra de arte ya nos encontramos y superamos pacientemente ese problema, pero con la reintegración de color volvemos a tener otro handicap.
Los materiales actuales para la reintegración a color, pigmentos al barniz suelen ser muy opacos, un poco sucios en cuanto empezamos a mezclarlos. De manera que eso nos obliga a emplearlos lo más puro posible, dando pequeñas pinceladas a modo puntillista o a finas líneas tipo rigatino (rigattino en italiano). A una distancia de un metro el ojo mezcla los colores debido a una de las leyes de percepción visual llamada «Agudeza visual». Este es el mismo principio que se sigue en cmyk en prensa, vallas publicitarias, y en rgb con los píxeles de un ordenador o los ya antiguos luminóforos de los televisores de tubo.
En este momento le faltan todavía unos retoques de reintegración de color al retrato para recuperar la viveza y el esplendor originales.
Es muy buena la te9cnica y facil, mi pregunta es si coacmloos una figura que lleva adhesivo (ejemplo parte de una etiqueta sin uso) es igual o no es necesario el barniz.Saludos
No he entendido bien la pregunta, pero referente al barniz por lo general conviene barnizar. Puede ser en brillo, satinado o mate. Los dos primeros realzaran los colores, pero siempre protegeran la capa pictórica de las agresiones del medio ambiente.
Donde puedo llevar mi cuadro para restaurarlo