Este artículo muestra las imágenes de una serie de bodegones. A simple vista no parezca que tengan nada de interés. Un artículo habitual sobre trabajos de restauración en obras de arte. Excepto el bodegón con perdices que se menciona más adelante y el bodegón con melón que tiene una factura mejor que los otros dos y a sus problemas de conservación, mucho más interesantes desde el punto de vista de la restauración. Los bodegones con aves son obras que si bien decoran mucho los salones y comedores no tenían mucho que comentar.
Excepto el que muestra las perdices colgando. A la hora de desprenderlo de su marco y proceder a un sentado de color que además de protegerlo, pudiera eliminar parte de la sequedad exhibida, mostraba un reentelado un tanto curioso. El lienzo empleado en la forración contenía una pintura que en los bordes no mostraba mal aspecto. Ocultaba un cuadro terminado, de mayor o menor calidad, empleado para dar soporte a otro, o para ocultarlo de la vista. Pueden seguir desde este enlace el descubrimiento de un cuadro oculto. El resto de bodegones restaurados siguen procesos habituales de sentado de color, limpieza de suciedad y barnices oxidados, eliminación de repintes anteriores, reintegración de faltas, reintegración de color y barnizado.
Mencionar que en la limpieza de cualquier obra de arte, y en concreto pinturas de acrílicos u óleos sobre lienzo, deben buscar consejo en profesionales en la materia, como en cualquier otra profesión. No es aconsejable emplear materiales orgánicos como la patata o el zumo de limón, por mucho que lo lean en webs donde dan consejos sin haberlos probado.